El 2020 ha terminado. Ha sido un año difícil, marcado por la noticia que ha cambiado nuestras vidas en los últimos doce meses, golpeando nuestra vida rutinaria sin saber hoy con certeza cuánto más cambiarán.
Para el Barcelona College of Chiropractic 2020 ha sido un gran desafío. A principios de marzo, al igual que para millones de personas en todo el mundo, el teletrabajo se instaló en nuestra vida diaria. El colegio pasó de un modelo presencial a uno online para continuar con la actividad de aprendizaje y enseñanza. Las restricciones de reducción nos permitieron abrir la clínica de internos e incorporar a los estudiantes de quinto año que más necesitaban completar sus requisitos clínicos. Los pacientes apreciaron mucho la franqueza y apreciaron las medidas de seguridad aplicadas en el entorno de la clínica. En estas fases, la colaboración de los profesores y supervisores de los pasantes fue fundamental.
En estos meses nos hemos esforzado por ofrecer lo mejor y hemos intentado ponernos en la piel de todos los implicados hasta conseguir dos aspectos fundamentales: pasar a séptima promoción y abrir el curso académico 2020-2021. Nada de lo que hayamos hecho tendría sentido si no fuera útil para la profesión quiropráctica.
Hasta la séptima promoción, el BCC ha inscrito a 320 estudiantes y ha graduado a 166 profesionales que trabajan en todo el mundo. En el año 2021, continuamos con el gran compromiso de graduarnos a octava promoción e iniciar el año académico 2021-2022.
Pase lo que pase, no ha habido mejor momento para seguir poniendo a la quiropráctica en el centro y arriba, como instrumento de ayuda a la sociedad. Tenemos todo el año por delante, sigamos inspirando a nuevos profesionales, sigamos haciendo posible la quiropráctica.